Decepción es el sentimiento que me embarga y no por no pasar a la final nuestro candidato D. Álvaro Prieto Martín, ni por la ignorancia de la puntuación obtenida en las pruebas teóricas, ni por el hermetismo de los métodos de calificación en la final pública, si exceptuamos la prueba de la carta errónea, que tuvieron a bien explicar meticulosamente después del conflicto que se produjo en el concurso de Girona, donde el representante de Castilla y León ignoraba que la respuesta mal contestada restaba un punto perdiendo así la posibilidad de ganar el campeonato nacional, sino por la falta de organización que hizo que casi perdiéramos la oportunidad de participar en el concurso.
El pasado mes de Febrero en asamblea nacional en Avilés, después de una acalorada reunión alcé la mano en el turno de ruegos y preguntas en calidad de presidente de la ASLE, con el permiso de nuestro presidente autonómico D. Pablo Martín, para solicitar al presidente nacional D. Juan Muñoz que si era posible se le informara a todos los concursantes con suficiente antelación los horarios de las pruebas y el contenido de las mismas, ya que todo con curso de este nivel acarrea nervios sin necesidad de tener a los concursantes en vilo yéndose a la cama sin saber a qué hora empezaban las pruebas.
Así, el concursante de León que representaba a la comunidad de Castilla y León D. José Quindos Martín-Granizo el pasado año en Mijas (Málaga), se enteró del horario de la prueba del día siguiente tras avisarle llamando a la puerta de la habitación a la 1:30 h de la madrugada.
Formulé este ruego sin intención de reprochar nada y sí de advertirlo para que no se repitiera este fallo en futuros concursos nacionales.
Pues bien, este año en Valladolid, se repitió la historia y casi con peores consecuencias para nuestro candidato, ya que la organización se puso en contacto con él para acreditar su asistencia y él se intereso por el día en que comenzaba el concurso, a lo que le respondieron desde la organización que comenzaría el miércoles día 11, con lo que se quedó en que llegaría a Valladolid el día antes martes para descansar ya que venía desde Canarias donde trabaja actualmente.
Yo llegué al hotel donde nos alojábamos el lunes día 9 y después de la comida de recepción nos advirtieron que el concurso empezaría el martes día 10 debiendo de estar en la puerta del hotel uniformado a las 7:30 h de la mañana, de lo contrario se descalificaría al concursante que no cumpliera este requisito.
Intento en vano ponerme en contacto con nuestro concursante, pues tanto él como yo pensábamos que el concurso empezaba el miércoles, como nos había dicho la organización amén de que no costaba en el programa que nos facilitaron por correo.
Ya por la noche, en la recepción del palacio de Pimentel pongo en aviso a nuestro presidente autonómico y al nacional así como al vicepresidente D. Ceferino Cimadevilla responsable del comité técnico y tras acreditar que una responsable de la organización le había dado la información errónea al concursante, se decide que cuando llegue si han empezado las pruebas de clasificación se le aislara para que desarrolle el examen aparte.
Es entonces cuando consigo ponerme en contacto con nuestro representante y me asegura su presencia aunque para ello conduzca hasta Valladolid sin apenas descansar lo suficiente.
Y así fue a las 7:00 h de la mañana ya estaba en el hotel uniformándose debidamente como manda la organización aunque hubo quien se lo pasó por alto eso de la uniformidad, por lo menos para esta primera prueba.
Desde aquí reclamo seriedad y respeto para con los concursantes que son las estrellas de las Jornadas de Sumillería. Que han estado estudiando y preparándose para ser los mejores de su provincia dándoles ello acceso al nacional y para los que han quedado campeones de su comunidad siendo así los mejores valedores de esta profesión hostelera tan especial.
Hasta el próximo año “si DIOS quiere”. FITO.
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